Eugenio Figueredo será embarcado a Uruguay y sus abogados esperan que la extradición le permita al exvicepresidente de FIFA evitar la reclusión a cambio de información relevante sobre lavado de activos y corrupción.
Figueredo, de 83 años, logrará así evadir a la severa justicia de Estados Unidos. Por su edad, en Uruguay no deberá ir a la cárcel, informa El Observador.
Su privación de libertad, en el caso que así se indicara, podrá cumplirla en su domicilio.
El artículo 127 del Código del Proceso Penal señala que el juez puede tomar esa decisión con personas procesadas o condenadas mayores de 70 años luego de los controles médicos correspondientes.
En pocas horas, efectivos de Interpol acompañaran a Figueredo en el avión que lo traerá a Montevideo. Tienen 10 días de plazo para hacerlo, aunque se estima que el viaje se realizará lunes o martes.
El fiscal Juan Gómez, quien entiende en la causa uruguaya, dijo que se investigará el negocio de las trasmisiones deportivas por parte de Conmebol y su contrato con Datisa.
Anunció además no tener intención de inmiscuirse en la investigación que está haciendo el Departamento de Estado de Estados Unidos.
Aún no hay una acusación formal contra Figueredo. El caso se encuentra en presumario y se le investiga por lavado de dinero, estafa y apropiación indebida.
La abogada Karen Pintos señala que es una «victoria» que el dirigente sea juzgado en Uruguay. Para ella aquí tendrá «un juicio justo». Por otra parte, en Uruguay se encuentran «los damnificados» de los delitos que se le imputan.
Uno de los claros damnificados de Figueredo es el empresario deportivo y de medios Francisco «Paco» Casal, quien también pretendía las trasmisiones de Tv que finalmente fueron otorgadas a Datisa-Full Play
Así Casal y Figueredo, otrora aliados en cuestiones del fútbol uruguayo, se convirtieron en adversarios cuando el dirigente pasó a controlar el fútbol continental al lado de Nicolás Leoz.
En Uruguay, la denuncia fue radicada por la Mutual de Futbollers al considerar que Figueredo, Leoz y otros dirigentes de federaciones perjudicaron a Conmebol al aceptar contratos a cambio de coimas.
Estados Unidos también quería la extradición del dirigente uruguayo.
Acusa a Figueredo y a otros ocho dirigentes de FIFA de haber cometido actos de corrupción en los últimos 24 años. Se investigan sobornos y comisiones millonrias por parte de medios y firmas deportivas en eventos organizados por FIFA.
Según trascendió, la investigación comprobó que el uruguayo recibió al menos 10 millones de dólares en coimas.
Algunas de estas maniobras sucedieron en la última Copa América, Copa Libertadores y Mundial 2010.
Estados Unidos se interesa en el tema porque considera que muchos de esos delitos fueron negociados y programados en ese país y las transacciones se hicieron, en muchos casos, en bancos estadounidenses.
El nivel económico de algunos de los dirigentes que cayeron presos es llamativo. Por ejemplo, el ahora expresidente de Conmebol, el paraguayo Juan Ángel Napout, aceptó su extradición a Estados Unidos y una vez allí acordó el pago de una fianza de 20 millones de dólarespara seguir el juicio en libertad.
Otro que se entregó a la justicia estadounidense, aunque sin pasar por Suiza, es el expresidente de federación chilena, Sergio Jadue.
La decisión de Zurich de darle la prioridad a Uruguay en el Caso Figueredo en inapelable. Estados Unidos ya no puede presentar recursos.