Sin menoscabar a nadie, claro está. Eran otros tiempos, otros nenes, otros «López».
Es por eso que a los niños de hoy, en un 95% de los casos les vendemos ídolos de «barro» -sólo el 5% son creíbles- les hacemos mil versos para justificar una y otras actitudes, resultados, rendimientos -que estamos duros, que falta tiempo- porque no se explican como aquellos que salen en la tele todos los días, hoy son tan comunes como cualquiera e incluso juegan menos que cualquiera, que algún jugador de Ligas Locales.
Mirá si el Peñarol de Morena, de Venancio, Rubén Paz, que llegaban en alpargatas al viejo Parque Haberli o Artesano o el Nacional de Victorino, «Cascarilla» Morales; Luzardo -con una gran humildad vale destacar- u otros, se iban a llevar un resultado adverso y que todo siga como si nada.
Como en todos los rubros y como en nuestra sociedad, indudablemente algo anda mal.
Gradualmente nos van metiendo en la cabecita -en todos los órdenes- que lo mediocre está bien. Y como decíamos al comienzo; sin menoscabar, ni menospreciar a nadie.
Sin dudas eran otros «López»; que viniendo a entrenar y pasear; como se dice ahora en plena pretemporada -que no son ni cerca las «matanzas» de antes-; te dejaban de regalo por lo menos 5 o 6 goles y FÚTBOL.
La culpa no la tiene Plaza; el «pata blanca» jugó dentro de sus posibilidades, con 4 – 5 elementos que muestran tener un nivel interesante, y con eso le alcanzó para vencer a un Peñarol; que ojo, acá en nuestro medio -por el nivel, del resto se vio en el Apertura- seguramente esté definiendo; porque es lo que hay.
Pero ojo también!!!… porque seguimos echándole la culpa a los españoles que «nos vendieron espejitos de colores»; pero nosotros como buenos uruguayos que somos, le agarramos la mano, sobre todo los grandes «medios masivos»; y vendemos espejitos, muñequitos, hamacas, y falsas ilusiones y más.
Ganó Plaza y se quedó con la Copa en juego; ganó 2 – 0, con goles de Fernández y Furia -ex Peñarol- y el resultado sin dudas motiva a los de Espinel, Dibble, Malán, Villoldo, a seguir trabajando con mucho esfuerzo como hasta ahora para mantener en primer lugar la categoría y luego en pensar otra cosa.