Juan Veronesi, dijo al diario El País que la construcción de la planta «sería una nueva agresión al río a Uruguay» la cual «preocupa enormemente» a la organización.
Según anunció en conferencia el presidente Tabaré Vázquez, está previsto que la nueva planta se construya en la cuenca del río Negro aunque aún no está definida la zona exacta. Ante esto, los ambientalistas entienden que la planta contaminará el río Uruguay de todas formas ya que es afluente del río Negro.
Por otra parte, el ambientalista y también integrante del grupo, Martín Alazard, dijo a El País que la instalación de la planta «va a impactar directamente en el río Uruguay» dado que la boca del arroyo Yaguarí, afluente del río Negro, se encuentra aproximadamente a 35 kilómetros del difusor de la planta de Botnia y con el reflujo «habrá un efecto acumulativo innegable y una sumatoria de contaminación».
Según dijo Veronesi, el daño ambiental que produjo la anterior planta de UPM en Fray Bentos «ha sido constatado en el río y en aire» pero «Uruguay se opone a la mitigación de los efectos» y las cancillerías de ambos países actúan con «secretismo».
«Las empresas de afuera se llevan los recursos, dejan contaminación y lo que agregan en cuanto a PIB y empleo son cosas relativas», expresó.
De cara a este panorama, los ambientalistas comenzarán reuniones en las que definir los pasos a seguir e insistir en que se difundan los resultados del monitoreo ambiental de la planta de Fray Bentos, según informa El Observador.