Con gran despliegue de estrellas, de Leonardo DiCaprio a Nicole Kidman, se inauguró este miércoles el 66º festival de Cannes presidido por Steven Spielberg, que lo presentó como una fiesta de celebración de la diversidad del cine mundial.
“Son dos semanas de celebración del cine más que dos semanas de competencia”, dijo Spielberg en rueda de prensa junto a los ocho miembros del jurado que el 26 de mayo emitirán su fallo sobre las 20 películas seleccionadas entre más de 1.800 para concursar por la Palma de Oro.
La última adaptación de la novela de Francis Scott Fitzgerald “El Gran Gatsby”, marcó el tono desde la primera proyección, en un festival donde el cine de Estados Unidos está en primer plano en una Europa en crisis,unque el film no tuvo buena recepción en Cannes.
Los organizadores aceptaron abrir el evento con este filme ya estrenado la semana pasada en Estados Unidos –una herejía para muchos– a cambio de su redituable aporte de glamour.
La lujosa extravagancia en 3D no fue abucheada en su pase de prensa en el Palacio de Festivales –una tradición en este certamen, donde los críticos pueden demoler una película–, pero un indiferente silencio invadió la sala al concluir la cinta de Baz Luhrmann, que costó más de 100 millones de dólares.