Hoy es el día perfecto para festejar el Amor, pero no un amor cualquiera, sino el Amor Universal, el amor que Cristo nos enseñó, y nos dejó para amarnos todos los unos a los otros, aquel Amor que está en todos lados, y en todas las cosas. Asimismo, un Amor que es capaz de ir más allá, pues en ese Amor se encuentra Cristo.
Hoy es un día para celebrar el AMOR, pero no cualquier clase de amor, el AMOR Universal -sin condiciones- el que encuentras en el Universo y en las cosas creadas, pues JESÚS no es el Universo; es el CREADOR del Univesrso y las cosas que en el hay; un AMOR que vas más allá de toda comprensión, el AMOR de Cristo.
Hoy es un día para guardar silencio, tanto interior como exterior, porque solo en el silencio tendremos Paz, y solo en la Paz podremos escuchar la voz de nuestro Salvador. Contemplemos la muerte de Jesús con fervor, pues no es una muerte sino una transformación. La muerte no es tal, no existe, ha sido vencida -sólo un desprendimiento, un paso, un salto- JESUS:… «aquel que cree en mí, aunque esté muerto vivirá» …El que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de vida.
La Semana Santa es un tiempo de recogimiento del cuerpo y del alma, una invitación que nos hace Cristo para entrar en nuestros corazones y transformarlos con el poder de su amor. Este Viernes Santo, permitamos que «su muerte» nos conduzca hacia una vida más santa y consagrada, de perdón y arrepentimiento.