En un partido fuera de contexto para lo que se jugaban, los dos equipos -y por suerte- no repitieron en nada lo que vimos el miércoles pasado a la noche: un «feo partido», ambos salieron a jugar y por momentos hicieron un partidazo, de ida y vuelta.
Este domingo los dos mostraron por momentos «el por qué» llegaron a la definición del torneo. En el balance general y en el plano de los merecimientos que quiere que le diga, tal vez Artesano -en fallo dividido y por puntos- debió, pero no fue así, llevarse algo más del Celestino. Con notables primeros 30′ del Rafa Bardallo -exuberante- quitando, jugando, mandando en la mitad, con Rossi otra vez demostrando que es el que más sabe con la pelota al pie, bien Israel, Maxi Mendez «querendón» y un Salvarey que debía mostrar en este tipo de juegos, apareció a los 9′ con un golazo que dejó atónitos a propios y extraños -un «zapatazo de afuera del área»- dejando sin asunto a Buffa que se estiró cuan largo es, poniendo el 1- 0.
Artesano controlaba, mientras Valdense en esa primera media hora, sólo encontraba el buen pie de Barreto y su dinámica, Acosta que iba a la lucha pero le costaba agarrarla, no aparecía Aranda y se hacía dificil conectar con los de arriba, Quiroga – Brasetti. MEDIA HORA. Allí comienza a crecer Quiroga -Bardallo entra en «un respiro» que siente el rojo- el atacante albiceleste baja unos metros para conectar con el balón y a los 35′ recorta por izquierda, la pone al corazón del área y Acosta con parietal derecho, mete un cabezazo tremendo que se mete sobre el caño derecho de Quintana que nada puede hacer, 1 – 1 y todo como al principio.
Así se fueron los primeros 45′ igualados donde la visita pareció estar más cerca, pero al albiceleste no se le puede «dar aire», pues mientras respira es capaz de sorprenderte.
SEGUNDO TIEMPO CON RITMO Y BUEN NIVEL FUTBOLÍSTICO
La segunda mitad arranca con una variante y positiva para el albiceleste. Salta Joaquín Valiente al terreno -sale Aguinaga, Cehlay que pasa de la mitad al fondo- y el zurdo sub 17, que entra bien en el juego y le da otra alternativa en ofensiva al «Aleti».
El juego por momentos se hace abierto, los arqueros tienen un trabajo más contínuo que en el primer tramo del encuentro, Artesano busca variantes después de los 15′, tratando de sumar gente que le pudiera generar más cerca del arco rival y lo va a buscar.
Salvarey que desperdicia un clara chance con golpe de cabeza -cambiando la trayectoria del balón- con buen gesto técnico, pero el balón a pesar de ser enviado al corner por Telechea, para nosotros se iba afuera. Después es Maxi Mendez quien la pelea, gana y define de puntín para encontrar a Buffa que se queda con una pelota de campeonato.Valdense fiel a su estilo, buscaba salir en largo con Valiente marcando el pase por todo el frente de ataque, llevando riesgo sobre Quintana cuando se asociaba a las «trepadas» de Aranda por izquierda y conectando con el «Luli» Quiroga que se tiró atrás la pidió, aguantó, jugó y demostró tener «pasta» de buen jugador.
En el fondo, la experiencia de Araújo bancando, muy buen partido de Malán cuando se vino al centro, Cehlay en lo suyo y Valentín Telechea a puro coraje, con el corazón -y mucho tiempo por delante para aprender- demostró que está hecho de buena madera.
Artesano quiso, sobre todo en los últimos 15′ donde Vera puso toda la carne en el asador tratando de liquidar en los 90′ -nada para reprocharle- incluso desde la idea inicial, con tres en el fondo, generó desde la pelota quieta, en la búsqueda por los costados, por el centro, pero al final no pudo.
Realmente un muy buen partido, con dinámica, momentos de buen fútbol y dos equipos que jugaron a «todo o nada», demostrando que hablando poco y dedicados a jugar se pueden brindar espectáculos de nivel.
FUE 1 – 1, Y…UNO TENÍA QUE GANAR
Había que definir y fue desde el punto penal. Esta vuelta fue más certero el Atlético Valdense y Joaquín Buffa se transformó en héroe quedándose con dos remates. Así Valdense vuelve a gritar Campeón, ante un dignísimo rival.
Bueno el arbitraje de Lautón, bien secundado desde las bandas por Velazco y García.