Un equipo que muestra confusiones desde su entrenador en cuanto a la conformación, hasta los mismos jugadores que muchas veces superpuestos en cancha por características; no se encuentran cómodos.
Para nosotros no con el «Diario del lunes», sino para quienes nos siguen saben, que hace varios VIERNES venimos anunciando en lo personal la mala conformación del equipo tricolor.
Demasiado jugadores un rico plantel, y un técnico – que ojalá enderece -, pero como tantas veces se ha dado nos parece se encuentra sobrepasado por la cantidad de material (bueno), que tiene para elegir; y se equivoca a la hora de decidir.
No tiene generación, utiliza al jugador más completo futbolísticamente cuando está perdiendo o lo deja sin jugar, en lugar de quemar las naves, ponerlo de arranque -hasta que se le acabe el gas – porque después como decimos puede ser tarde con el juego cuesta arriba y en desventaja.
Sí decíamos que Martínez es titular en este equipo, seguimos sosteniendo que Laborda y Orihuela -no lo quieran condenar por un error-; (tampoco a Marichal un pibe) es la mejor pareja de zagueros que tiene Nacional, y después lo dicho; superposición de jugadores con similares características que se entorpecen -en la mitad- marcando poco, y tampoco generan juego.
Hoy en este paisaje pasó a depender de la alimentación, generación propia de Leandro Fernández de mitad de cancha hacia arriba o nuevamente un toque salvador de Bergessio, Ocampo sigue siendo demasiado intermitente y recorriendo toda la banda pierde peso ofensivo.
Ganó bien Universidad de Chile sin ser nada del otro mundo, con dos cambios que cambiaron el partido Valencia y Montes que terminaron de desencajar al conjunto de Capuccio, que en la segunda mitad no pateó al arco y la fiesta pudo costarle más cara en los últimos 20′.
Almeida se hace expulsar tontamente y así como algún otro creemos no justifica ser titular en un equipo grande.
Mucho para corregir y una situación complicada para el bolso en la serie de Copa Libertadores.
Luis Víctor II