Difícil de analizar para no ser aburridor, repetitivo.
Si usted quiere utilizamos el lenguaje moderno para describir a Peñarol; el moderno, el que se usa ahora.
«Presión alta», «Intensidad», «Transición rápida», lo que no quiere decir jugar bien; en el fútbol hay que poner un poco de «pienso» y en Peñarol es muy difícil encontrar a alguien que piense; tiene por momentos un ritmo tremendo, pero una cuestión, es ritmo, velocidad, y otra es apuro y desorden.
Un tiro al arco en 45 minutos, y a pesar de insinuar tener el control del juego la más clara la tuvo Rentistas sobre el arco de Dawson, ante una defensa aurinegra que una vez más deja mucho que desear.
SEGUNDO TIEMPO: PEOR QUE EL PRIMERO
PEÑAROL DA PENA Y PREOCUPA
No íbamos a cambiar el concepto global del juego por un gol que había encontrado Canobbio.
Meritorio lo del equipo de Rentistas que incluso en la segunda parte da el handicap con las salidas de Rolin y Cristóbal lesionados.
Una vez más; pobrísimo lo de Peñarol con serias carencias defensivas; un triángulo final muy flojo como hace años no se ve, – no vale la pena retrotraerse en el tiempo con grandes arqueros y grande zagueros – en un Peñarol que cada vez que los rivales lo atacan denota una fragilidad qué preocupa.
Acosta de buen primer tiempo olvidado en el segundo fue el mejor atrás, Fleitas metiendo, Canobbio corrió y corrió pero sin pensar – encontró el gol – y de mitad de cancha hacia arriba muy poquito, casi nada.
Plausible lo de Rentistas, un equipo en formación con un arquero que se solidifica como Rossi, buen partido en la mitad de Duarte y Cristóbal hasta que estuvo, y casi sin llegar al arco rival cuando se arrimó complicó al rival.
Muy mal partido, lo chato del carbonero queda expuesto ante la falta de un jugador – uno solo – como Facundo Torres que solito es capaz de darle otra textura al fútbol mirasol, y un Gargano que mo tiene sustituto en la mitad. Rentistas hizo un negoción – con sus herramientas – se llevó un punto del Campeón del Siglo que lo pudo perder aún sin merecerlo.
El arbitraje: Tejera que había tenido un arbitraje regular, no tomó las medidas disciplinarias correspondientes tras el incidente de la expulsión.
Debió parar al reingreso; a aquellos actores que se retiraron sin autorización, amonestar y si era dable una segunda amonestación, expulsar.
Faltó categoría y/o personalidad. Falló en 4-5 aplicaciones de la «ley de ventaja», uno de los puntos claves que marcan la jerarquía de un árbitro. No nos gustó. Buena presencia, pero falla en la práctica. Puede aprender.