Argentina es el «nuevo rey» en Sudamérica: triunfó 1-0 en el Maracaná

Un tremendo pase de DePaul -la figura por lejos de la Copa y la final- dejó de cara al gol a Ángel Di María que con una definición exquisita, selló el título.

La final, entrecortada, con altos y bajos, alternancia en el dominio del juego, con un resultado incierto hasta el final, emotiva, diríamos, no nos gustó.

Han habido seguro definiciones de mayor jerarquía, y viendo a Messi y Neymar como abanderados de dos países con tan rico historial futbolístico, y sus cracks reconocidos y respetados hoy día, quien puede negarlos, también hay que remarcar, que son equipos, un escalón o dos por debajo de otrora selecciones albicelestes y canarinhas.

Un golazo de Ángel Di María y un planteo a «rajatabla» para anular a los norteños, le dieron premio al sacrificio argentino.

El partido nunca terminó de encontrar dinamismo, cuando cualquiera de las dos selecciones apretaba el acelerador, aparecían los choques, faltas constantes para cortar el ritmo.

Un disparo del astro del PSG que desactivó Otamendi fue la único en esos primeros 30′ para los de Tite, ante un adversario que iba en franco crecimiento e incluso encontró el camino al gol.

A los 21′ un pase -estilo Román- notable, largo de Rodrigo De Paul para Di María, terminó con el «Fideo» ganando, tras un mal cierre de Lodi, encarando en velocidad y con un sombrerito perfecto, ante la salida de Ederson colocar el 1-0.

El mismo Di María, tuvo una minutos después con un disparo de media distancia que se pudo transformar en el segundo.

Renán Lodi flaqueaba y otra vez, una incursión por es sector, un disparo de Messi que se va cerca.

Neymar era la manija de su equipo, la pedía, la quería pero estaba muy solo, no aparecían ni Éverton y ni Richarlison.

La impotencia de los norteños en el final de la primera etapa para incomodar al rival, hizo que se fueran al vestuario en desventaja.

SEGUNDO CAPÍTULO

Tite decide arriesgar, mueve el banco y coloca a Roberto Firmino por Fred.

Richarlison, se mostró mas activo, llegó a incluso a anotar -en posición fuera de juego-, luego tuvo otra más a los 54′ habilitado por Neymar que le quemó los guantes a Martínez que resolvió notable.

Los minutos se iban, las variantes trataban de refrescar, traer aire nuevo y Brasil que comenzaba a desesperar y jugar contra-reloj ante un equipo albiceleste que «aguantaba bien», trataba de enfriar el partido, jugar poco, y relojeaba alguna contra.

Los brasileños dependían exclusivamente de los arranques de Neymar.

Scaloni leyó el partido en forma correcta esta vez y buscó soluciones desde el banco para no permitirle crecer a un adversario cada vez más impaciente.

Brasil fue a buscar aunque sin el «jogo-bonito», se le iba la final y encontró a Emiliano Martinez que le sacó un remate Franco a Gabriel Barbosa que llevaba destino de gol, para ir cerrando la historia poco a poco en favor de Argentina.

Ganó esta vez Messi, levanta la Copa América, y obtiene el título tan ansiado con la camiseta que soñó toda su vida. Si pasó por un vestuario, alguna vez, tal vez el chico no necesitaba refrendar nada, pero ya que está y ganó… Apláudalo, que se lo merece.

Alex Hernández

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