Progreso para nosotros no dio la sorpresa – en nuestro fútbol cualquiera le gana a cualquiera -, la sorpresa es que un equipo grande – a los grandes hoy le queda la camiseta – juegue, demuestre tan poco.
Desde el arranque del partido, que fue muy malo para los dirigidos por Martín Ligüera, Progreso fue quien propició las mejores chances, las más claras, aún a merced de quedar defensivamente «mal balanceado».
Tuvo cuatro claras – que definió derecho al muñeco de Cacho -, el elenco de Progreso, que de haber tenido otra jerarquía en la definición tal vez se pudo ir al descanso con un abultado y merecido marcador en su favor.
Una de Zunino, esta si bien resuelta por Formento yendo sobre el caño izquierdo abajo.
Señalar que a los 4’ la amonestación Olaizola por una durísima falta sobre Alfonso Trezza debió ser expulsión, y pudo dejar mal acomodado al gaucho.
SEGUNDO TIEMPO: Apareció Colmán y silencio en el GPC
Poco cambió.
Siguió proponiendo el equipo de La Teja y a los 57’ Colmán logró el merecido gol aurirojo.
Nahuel Roldán maniobró en el área y su disparo fue trabado por Diego Polenta, el rebote «lo cazó» Gastón Colmán para fusilar a Rochet con un zurdazo notable.
Ingresaron Andrés D’Alessandro y Leandro Fernández – cambiaron nada – por Zunino y Trezza (no justifica ser titular, salvo si lo piensan como lateral), en un Nacional sin ideas.
A los 74’ la primera chance de frente al arco y mano a mano con Fomento para Gonzalo Bergessio, un penal mal pitado por Tejera y Nacional que no logra empatar. Gana el arquero en el duelo.
Ganó bien el gaucho. Más allá de un disparo de Armando Méndez que dio en el travesaño en tiempo adicional, no pasó grandes zozobras. Tremenda victoria del equipo del gran «Pistola» Marciscano que seguro festeja en algún palco desde el cielo.
Sigue penúltimo Progreso en la tabla de promedios, a cuatro puntos de Boston River y a siete de Deportivo Maldonado, y acorta respecto a Cerrito y Sud América.