Bajo «la batuta» de un Nelson Marcenaro que hoy ya no está, con el guerrero Dámaso Clavijo , yendo al relevo, y otros tantos encumbrados de nuestro fútbol salieron un día a la cancha para ir por un resultado, que para ellos sin dudas, era mucho más que levantar una Copa.
Y hoy lo están logrando. Fue dura la lucha, mil batallas, «trancazos», golpear «el arco de enfrente» sin poder gritar un gol. Pero perseveraron, siguieron «metiendo», fiel al estilo , a nuestra idiosincrasia, sin dar una por perdida , y hoy lo están logrando.
El reconocimiento y esa «mínima o no», – remuneración – pero merecido gesto para aquellos que dejaron bien en alto la bandera uruguaya representando a sus equipos y qué, en épocas donde no había celulares, escaseaba la tecnología, le hicieron saber al mundo a través de «la redonda» que había un país llamado Uruguay.
Gracias Nostálgicos, por tener presente a «los olvidados».