POR Néstor Pedreira
Perder el horizonte, abandonar sus raíces, renegar de su esencia.
Año 1946… visionarios que dejaron estamentos grabados a fuego en las intenciones del fútbol chacarero, orgullo del interior, una obra social canalizada en el deporte.
Hemos sido reiterativos pero no por ello dejamos de ser originales; es que las desprolijidades e incoherencias del Consejo Ejecutivo de OFI son una veta inagotable de información.
La decadencia institucional de la Organización del Fútbol del Interior, está enmarcada por la incapacidad dirigencial, la desprolijidad administrativa, la desidia política y la demagogia más berreta del mensaje que pretende imponer desde la soberbia, amparada en el Acuerdo AUF/OFI 2015.
Actualmente la realidad de la OFI está identificada por la inoperancia de un Consejo Ejecutivo obsecuente y funcional a la AUF, por la deshonestidad de una elección plagada de traiciones en el Congreso de Fray Bentos 2022, por la inercia y contradicciones de un sistema operativo improvisado y un calendario recargado de actividades que terminan agobiando y quitando interés; sostenida única y fundamentalmente por el sentimentalismo y la inocencia de los dirigentes del interior.
Las evidencias son claras, contundentes, irrefutables.
Lamentablemente el poder político y económico de un sistema hegemónico supera las posibilidades de «existir» de instituciones de bajos recursos que sistemáticamente van dejando el fútbol, para buscar otras alternativas deportivas y así cumplir su rol social en la comunidad.
Las exigencias económicas impuestas, intentan profesionalizar la Organización del Fútbol del Interior y con ella, todas las actividades involucradas – a excepción de algunas instituciones del interior – , la mayoría de los clubes sobreviven en un fútbol empobrecido ante la desidia de las autoridades y los gobiernos.
Que se vayan todos… culpables de vender nuestra soberanía al vil precio de su avaricia y mezquindad.